. . . Pues a sus ángeles mandará cerca de ti,
que te guarden en todos tus caminos.
En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.
Jesús cita las Escrituras y nos muestra lo importante que es para
nosotros leer y conocer las Escrituras para que nos sirvan de guía y,
para que, como San Pablo dice a los romanos:
La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón.
Miren además lo que nuestro Evangelio nos dice: escuchamos las
últimas tentaciones del diablo de momento. El diablo se aleja de
Jesús hasta un momento oportuno: “…se alejó de él por algún tiempo.”
Piense en cómo Jesús le responde a Pedro en Mateo 20 cuando
le dice a los discípulos que tiene que ir a Jerusalén, sufrir y morir.
Pedro dice:
¡De ninguna manera!
Jesús escucha al tentador y dice:
¡Vete, Satanás!
Muchas veces las tentaciones son a menudo sutiles.
Piense en que Jesús tiene bastante hambre. Cuando tenemos mucho
hambre, puede ser difícil tomar decisiones o tomar buenas decisiones.
Pero reflexione sobre esta perspectiva de Katerina Whitley,
quien es autor y estudió en Norte Carolina:
En el desierto, Jesús se alimenta de la palabra de Dios que mora
en él, las palabras de las Escrituras que aprendió asistiendo
regularmente a la adoración del sábado.
Es importante que nosotros y nosotras también leamos, estudiemos y
pensemos las Escrituras para que se conviertan en una parte importante
de nosotros y nosotras, un recurso sólido cuando la vida es difícil
y enfrentemos desafíos y tentaciones que pueden ser sutiles.
Piensen en los sutiles mensajes que aparecen al abrir su correo
electrónico del internet o en su teléfono celular como el Tentador
le aparece a Jesús para seducirlo, como Eduardo Solomón Rivera nos dice en
Juntos en el camino con Cristo:
Siete meditaciones bíblicas.
A veces lo que es difícil es que ser sutil es
la tentación de influir, probar o provocar,
y otras veces “no somos tentados a hacer
algo malo, sino a dejar de hacer algo bueno”.
Lo sabemos por experiencia y por el Evangelio de hoy que las
tentaciones vienen y van, y regresan.
Estudiar las Escrituras, saber y conocer las Escrituras nos fortalece
para reconocer y enfrentar las tentaciones.
¿Cómo respondemos, cómo usted responde, cuando la tentación
llama con tanta delicadeza y con tanta sutileza?
¿Cómo reflexionas sobre tu vida y descubres a lo que Dios te llama?
Durante cuaresma, si no se practica durante todo el año día a día,
podemos conocer mejor y confiar en nuestra identidad de hijos e hijas
de Dios.
¿Cómo?
Leer las escrituras. Orar regularmente es importante, incluyendo
oraciones espontaneas y oraciones preparadas como El Padre Nuestro
y otras que tenemos en El Libro de Oración Común y otros recursos.
Una oración en la página 383 oro casi cada día, aunque es para uso de un enfermo.
Hace más de 40 años empece a orarla cuando
estuve en hospital y nuestro sacerdote me la dio.
Oren la oración En la Mañana:
Este es otro día, Oh Señor.
Aún no se lo que traerá, pero haz que
esté dispuesto para aceptar lo que sea.
Si debo estar de pie, ayúdame a hacerlo con valor.
Si debo estar sentado, ayúdame a estarlo en calma.
Si debo estar acostado, ayúdame a hacerlo con paciencia.
Y si debo estar sin hacer nada, que lo acepte con gallardía.
Haz que estas palabras sean más que palabras,
y dame el Espíritu de Jesús. Amén
Y si debo estar sin hacer nada,
que lo acepte con gallardía.
. . . que lo acepte con valentia.
Bibliografía
Holy Bible with the Apocrypha. New Revised Standard Version. New York: Oxford University
Press. 1989.
Rivera, Eduardo Solomón. Juntos
en el camino con Cristo: siete meditaciones bíblicas.
Cincinnati:¡Adelante! Forward Movement. 2014.
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